CON LA MEDALLA COLGADA

Once meses lleva Carme Chacón con la medalla colgada de ser la primera mujer que dirige las Fuerzas Armadas, desde el Ministerio de Defensa. Antes de ella, dos hombres fuertes del PSOE, José Antonio Alonso y José Bono, hoy ambos en el Congreso. La «niña de los ojos» del presidente Zapatero medró hasta este lugar respaldada, sobre todo, por ese mecenas que confió en su disciplina, por el hecho -por qué no decirlo- de estar casada con el hombre de confianza del líder del PSOE, Miguel Barroso -el que fuera anterior secretario de Estado de Comunicación y «alter ego» de Rodríguez Zapatero- y por su buen hacer hasta el momento en lugares menos visibles y en una corta pero intensa travesía en el Ministerio de Vivienda -donde, al poco de desembarcar, demostró calar mejor entre la opinión pública con la aprobación de la renta de 210 euros mensuales para la emancipación de los jóvenes que su denostada predecesora, María Antonia Trujillo-.

Como la primera mujer titular de Defensa, también llegaron otros «golpes de efecto». Algunos menos políticos, como el hecho de ser la primera ministra embarazada en el ejercicio de su cargo, o la primera ministra que viste uniforme de camuflaje. Algunos de corte político, como lograr ser la candidata más votada en Cataluña y la ministra más valorada en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pero, a la luz mediática, desde que fue nombrada ministra de Defensa no había permitido, hasta ayer en la base naval de Rota (Cádiz), ni una pregunta por parte de los periodistas.

Ni una pregunta, hasta ayer

Ello no había minado, no obstante, la imagen de la ministra, que ha dado su primer patinazo en este ámbito con el anuncio sorpresivo de la retirada de los 621 militares españoles que están en Istok (Kosovo), abandonando la KFOR (Kosovo Force) de los países de la OTAN desde 1999. Lo dijo con calma ante los soldados destinados en la provincia serbia -de la que España nunca ha reconocido su independencia-, pero la tempestad le esperaba a su regreso. Si hubo descoordinación con los departamentos de la Presidencia del Gobierno y el de Asuntos Exteriores, si no se informó de la retirada a las embajadas de España ante la OTAN y en Washingon, si EE.UU. se siente «profundamente decepcionado» por el repliegue de España, si los socios europeos critican la medida unilateral de nuestro país, si Chacón dijo hace tres meses en el Congreso que el repligue no se produciría hasta que la Resolución 1244 de la ONU sobre Kosovo se modificase y ahora hace lo contrario… Las críticas a la gestión de la retirada se suceden, a golpe de polémica, día tras día desde el viaje de Chacón a Kosovo el pasado 19 de marzo.

La ministra vive sus momentos más delicados desde que ocupara este cargo y se enfrenta a las críticas, antes adyacentes de cómo puede encargarse a una pacifista consumada que se ponga al frente del Ejército, o algunas de sesgo machista de cómo puede ponerse a una mujer en este sillón ministerial. Mientras esto sucede, Zapatero no ha salido a silenciar las acusaciones, dando una consigna a todos los representantes del PSOE para que digan, ante los micrófonos, que «todo el Gobierno conocía la decisión» anunciada por Chacón, y dejando que el resto de las explicaciones las ofrezca su hasta hoy «niña» y hasta la que, es «vox populi» en los fueros del PSOE, él mismo postula como su sucesora al frente del partido del Ejecutivo inmerso en la crisis. Ayer, Chacón habló en Rota y hoy previsiblemente en el Senado. Su partido ha rechazado la comparecencia urgente esta semana del presidente del Ejecutivo en el Congreso de los Diputados.

Published in: on 24 marzo, 2009 at 18:32  Deja un comentario  

The URI to TrackBack this entry is: https://srbvkunk.wordpress.com/2009/03/24/con-la-medalla-colgada/trackback/

RSS feed for comments on this post.

Deja un comentario