Un lavado de imagen de cara a la galería

La cosa está tan mal, que solo los gallegos nos podemos felicitar. Si Zapatero hace la crisis como está prevista, tendremos otro ministro que se levantará al escuchar «o noso himno nacional», que es José Blanco (ya era hora), y toda una vicepresidenta de Ourense. Nunca hubo tantos miembros del Gobierno central que sepan qué es una corredoira, cuánto cobra un campesino por un litro de leche, o cuántos libros se pueden leer en uno de los trenes que separan a Galicia de Madrid. Solamente un tipo tan tenaz como Blanco lo puede resolver.

Establecida la excepción gallega -miren si será buena, que hasta Feijoo la bendice-, todo lo demás son dudas. Empiezo por la elemental: ¿quién ha sido el «garganta profunda» que ha cantado los relevos? Si yo fuese Zapatero, encomendaría su busca al CNI, por tres chuscas pero evidentes razones: se transmitió la impresión de que la crisis se hacía estando él en Chequia; se adelantaron los nombres, con lo cual no hubo lugar a explicación y las críticas precedieron al nombramiento, y se ha conseguido pasar a segundo plano el mayor éxito presidencial, que ha sido el encuentro con Obama. Ni Rajoy lo haría mejor. Salvo jugada maestra de Zapatero que los mortales no conseguimos entender, a ese genio de la comunicación hay que darle el premio al tarugo del año.

Sigo con la dimensión de la crisis. Si los cambios se quedan en los nombres que hasta ahora se han publicado, es que el presidente no ha entendido el nivel de deterioro de su Gobierno. Cuando se dice que el equipo está quemado, está quemado en la mayoría de sus componentes. Se salvan cuatro o cinco titulares de cartera, ni uno más. Sustituir solo a Solbes y a Magdalena Álvarez es no percibir la dimensión del desgaste. Es desaprovechar una oportunidad de recuperar aliento. Y es gastar pólvora en salvas, cuando la sociedad está reclamando personajes de talla y no medianías que, por perder, han perdido incluso su encanto mediático.

Y termino por la orientación. Es muy llamativo que las dos personas que entran en el Gabinete sean el presidente y el vicesecretario general del PSOE. Dos figuras de gran nivel, sin duda. Los dos máximos representantes del socialismo español. Dos pesos pesados. No discuto la inteligencia de llevarlos al Gobierno. Discuto que se abra una crisis solo para ellos, sobre todo cuando ambos desempeñan papeles políticos importantes: Chaves, como presidente de ese vivero de votos que es Andalucía, y Blanco, como alma y motor de un partido que parece mortecino cuando él está callado. Y solamente alcanzo a ver estas explicaciones: o Zapatero carece de banquillo; o renuncia a una mayor apertura a la sociedad; o se refugia en los fieles frente a la agresión exterior.

Published in: on 7 abril, 2009 at 17:21  Deja un comentario  

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