CADIZ-Setenil de las bodegas

 

SETENIL DE LAS BODEGAS

Setenil esta enclavado en el nordeste de la provincia de Cádiz, en plena Sierra, pertenece al grupo de los llamados Pueblos Blancos de la Serranía Gaditana, y muy cerca del Parque Natural Sierra de Grazalema, constituye uno de los principales destinos turísticos de la serranía por la extrema belleza de su casco urbano y la originalidad de su entramado y de la disposición de sus casas, unas bajo la roca y otras sobre ésta, confiriendo al pueblo una disposición con diferentes niveles en altura.

Su término municipal está situado al nordeste de la provincia, en la continuación de la Depresión de Ronda, y presenta un paisaje de suaves ondulaciones de cultivos de cereal y olivos, atravesado por el rí­o Guadalporcún.

El pueblo se ubica en una pendiente que baja desde el Castillo al lado del curso del rí­o. Su principal atractivo lo constituye el entramado urbano por su belleza y originalidad, sobre todo la parte baja, en la que las casas aprovechan, a modo de viviendas semitrogloditas, el abrigo de las rocas del tajo creado por el rí­o. Tienen interés también el Castillo fortaleza y la Iglesia de la Encarnación.

 

Setenil es uno de esos pueblos cuyos orígenes resulta un enigma. Sus cuevas nos retrotraen a la prehistoria, posiblemente, sus primitivos pobladores las utilizaron como refugio natural. De la dominación remana queda constancia en Laccipo. No obstante, es en la época bajo medieval cuando data el primitivo asentamiento urbano en el mismo lugar que el actual.

 

 

La conquista de la villa era fundamental para la Corona en su avance hacia Granada., con Juan II de Castilla se produce el primer sitio, sin éxito, después de este momento se producirán seis sitios mas, siendo el último, el 21 de Septiembre de 1484, el que conduce a la victoria.

El principal atractivo de este pueblo es el propio municipio, debido a su originalidad de calles estrechas de elevadas pendientes adaptándoseal curso del Guadalporcún, lo que le confiere una singular disposición con diferentes niveles de altura. En la parte baja los vecinos aprovecharon el tajo creado en la roca por el río para construir sus casas.

 

Esta villa es un excepcional ejemplo de un tipo de vivienda denominado “abrigo bajo rocas” que, a diferencia de otras construcciones semitroglodíticas desarrolladas en Andalucía, no excava la roca, sino que se limita a cerrar la pared rocosa y desarrolla la vivienda de forma longitudinal.

 

 

En la parte más elevada se encuentran los edificios de mayor interés histórico: la iglesia mayor, los restos del castillo (el torreón del homenaje y las murallas), y la antigua casa consistorial que alberga un impresionante artesonado de tracería mudéjar.

Published in: on 16 agosto, 2009 at 11:54  Comments (1)  

El cientifico gallego

 

El cientifico gallego

 
Era un cientifico gallego que estaba haciendo un experimento con una rana entonces le dice a esta :

– Ranita, ranita salta
y la ranita saltaba . Luego le corto una patita y le dice:

– Salta ranita salta
y la ranita saltaba con un grado de dificultad . luego le corto la otra patita y le dice :

– Salta ranita salta y esta saltaba con mayor dificultad . Despues le corto la tercera patita y la dijo :

– Salta ranita salta y esta salto con mucha , mucha mas dificultad, luego le corto la ultima patita y le dijo:

-Salta ranita salta y al ver que esta no saltaba anoto en su libreta e comprobado que al cortarle las cuatro patitas a una rana esta queda completamente sorda…

Published in: on 16 agosto, 2009 at 10:43  Deja un comentario  

EL DINERO DE LA IGLESIA

 

El dinero de la iglesia

 
Se encuentran tres cleros, un catalan, un francés y un argentino.
El frances dice: Nosotros para repartirnos el dinero de las colectas lo hacemos de la siguente manera, dibujamos una linia al suelo y las monedas que caen a un lado, para la iglesia, y las otras para Dios.
El argentino dice, nosotros hacemos un circulo al suelo, las que cae dentro pa Dios, las de fuera pa nosostros.
Entonces dice el catalan, nosostros lanzamos las monedas al aire, las que quiera Dios, ¡Que las coja!, las otras pa nosostros
Published in: on 16 agosto, 2009 at 10:38  Deja un comentario  

EL RELOJ

 

EL RELOJ

Se denomina reloj a un instrumento que permite medir el tiempo. Existen diversos tipos, que se adecuan según el propósito:

  • Conocer la hora actual (reloj de pulso, reloj de bolsillo, reloj de salón o pared)
  • Medir la duración de un suceso (cronómetro, reloj de arena)
  • Señalar las horas por sonidos parecidos a campanadas o pitidos (reloj de péndulo, reloj de pulso con bip a cada hora)
  • Activar una alarma en cierta hora específica (reloj despertador)

Los relojes se utilizan desde la antigüedad. A medida que ha ido evolucionando la ciencia y la tecnología de su fabricación, han ido apareciendo nuevos modelos con mayor precisión, mejor prestancia y menor coste de fabricación. Es quizá uno de los instrumentos más populares que existen actualmente y casi todas las personas disponen de uno o varios relojes personales de pulsera. Mucha gente, además de la utilidad que los caracteriza, los ostentan como símbolo de distinción, por lo que hay marcas de relojes muy finas y lujosas.

Asimismo, en los hogares hay varios y diferentes tipos de relojes; muchos electrodomésticos incorporan relojes digitales y en cada computadora hay un reloj. El reloj es un instrumento omnipresente en la vida actual, debido a la importancia que se da al tiempo en las sociedades modernas. Sin embargo, las personas que viven en las comunidades rurales, lejos del ruido de la vida moderna, pueden darse el lujo de omitir el uso de este instrumento debido a que no tienen prisa en su modo de vida. Aun las personas que viven en las grandes ciudades industriales, podrían omitir el uso del reloj cuando ya tienen un esquema de actividades en pleno dominio o bien cuando su vida ya no requiere los tiempos precisos de estar en determinados lugares

 

Los antiguos conocieron varias especies de relojes. Vitrubio habla del reloj de agua o clepsidra, del de aire, del de sol y de otras especies que no son desconocidas.

Los egipcios medían con la clepsidra los movimientos del sol y de igual medio se valía el ilustre astrónomo Tycho Brahe para sus observaciones. Las clepsidras y los relojes de sol fueron inventados en Egipto en tiempos de los Ptolomeos; las clepsidras fueron después perfeccionadas por Escipión Nasica o según otros por Ctesibo y los oradores romanos medían con ellas la duración de sus discursos.

Se cree que los grandes relojes de pesas y ruedas fueron inventados en Occidente por el monje benedictino Gerberto (Papa, con el nombre de Silvestre II, hacia finales del siglo X) aunque ya con alguna anterioridad se conocían en el Imperio bizantino.[1] Según otras fuentes, el primer reloj de que habla la historia construido sobre principios de mecánica es el de Richard Wasigford, abad de San Albano, en Inglaterra, que vivió hacia el 1326 pues al parecer la invención de Gerberto, después Silvestre II, papa, no era más que un reloj de sol. El segundo es el que Santiago Dondis mandó construir en Padua hacia el 1344 y en el cual según refieren se veía el curso del sol y de los planetas. El tercero fue el que había en el Louvre de París mandado traer de Alemania por el rey Carlos V de Francia.[2] El antepasado directo de estas calculadoras podría ser el complejo mecanismo de Anticitera, datado entre el 150 y el 100 a. C.[3]

En España, el primer reloj de torre fue el de la catedral de Barcelona llamado seny de les hores, de 1393. El de Sevilla data de 1396.

El primero que imaginó construir relojes de bolsillo fue Pedro Bell de Núremberg, en donde les vino por su figura el nombre de huevos de Nuremberg. En 1647, aplicó Christiaan Huygens a los relojes de torre o de pared el péndulo cuyo descubrimiento se debe a Galileo. Huygens dividió la hora en 60 minutos y éstos en 60 segundos. El mismo físico aplicó en 1665 el muelle de espiral a los relojes de bolsillo. En 1647, el ginebrino Gruet, residente en Londres aplicó al reloj la cadenilla de acero que sirve para transmitir el movimiento del tambor al cono sustituyéndola a las cuerdas de vihuela empleadas hasta entonces. Dos años después se inventaron los relojes de repetición.

Desde entonces, el progreso de la relojería ha sido admirable

 

Published in: on 16 agosto, 2009 at 10:33  Deja un comentario  

ORENSE-San Ciprian de LAS

 

Lansbricae)

 

 

Cuando ascendemos el camino de subida hacia el poblado, ni imaginamos lo que nos vamos a encontrar en lo alto. Sólo cuando nos acercamos a la muralla más exterior y vemos sus dimensiones nos empezamos a dar cuenta de lo que se econde arriba: Una verdadera ciudad. Podremos considerarlo un poblado castrexo pero se acerca más a una gran ciudad fortificada romana. Por algo era que este castro era conocido como "a cidade" (la ciudad). Su periodo de ocupación debió estar comprendido entre los siglos II a.c. y el II d.c. y alcanzaría su explendor hacia mediados del primer siglo de nuestra era, coincidiendo con el comienzo de la romanización de Galicia. Se trata claramente de un castro intensamente romanizado.

Entramos por las majestuosas puertas de la muralla y dejando atrás el manantial donde presumiblemente obtendrian el agua los habitantes, empezamos a ascender la calle o via principal, una gran calle empedrada que sube hasta la cumbre. A su lado veremos las construcciones circulares castrexas y las rectangulares romanas formando un armónico conjunto. Detengámonos a ver los hornos y molinos que se encuentran en estas casas. Al llegar a la cumbre nos damos cuenta de la magnificencia de esta ciudad que comprende todo el montículo sobre el que se encuentra emplazada. También comprederemos por que los primitivos fundadores de este poblado elegieron este lugar tan estratégico. Se trata, pues, de uno de los más grandes castros excavados de todo el NO peninsular.

Vale la pena recorrer las callejuelas, mirar cada detalle de estos muros y pararse a pensar tan sólo un momento como sería la vida cotidiana en esta ciudad en aquellos remotos tiempos …

Después de la primera excavación en los años 20, se realizó una segunda a mediados del siglo pasado y una tercera a principios de los 80. En el año 2009 prosiguen las excavaciones y es ahora cuando podremos disfrutar de "a Cidade" en todo su explendor. La reconstrucción ha valido la pena.

Un lugar tan impresionante que se esncuentra menospreciado en las informaciones turísticas de la Comunidad gallega y de la provincia de Ourense a pesar de su singularidad y de su espectacularidad.

Muy recientemente se ha anunciado que abrirá a finales de año 2009 un centro de interpretación de la cultura castrexa en el lugar.

Published in: on 16 agosto, 2009 at 10:17  Deja un comentario